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El dinero en la pareja

La única falta que no perdonan las mujeres es la Falta de Plata, eso me decía un amigo y hoy lo corroboro en mi vida. Según un juez de familia conocido me informó que en Colombia el 75% de los matrimonios hoy se divorcian principalmente por asuntos económicos no resueltos. Por eso en esta ocasión, estimado lector, voy a compartirle mi experiencia con el dinero en una relación de 15 años de matrimonio, para que saque sus propias conclusiones...

Al principio de mi relación de pareja los dos manejábamos el dinero de manera independiente llegando a responder de manera espontánea por los diferentes gastos fijos de la casa. Como ambos trabajábamos no se sentía de manera drástica la ausencia del dinero pues cuando ella no tenía yo si tenía y viceversa e incluso cuando los dos teníamos no nos preocupábamos por lo que íbamos hacer conjuntamente con lo que estábamos ganando sino simplemente vivíamos el presente intensamente, dándonos una muy buena vida, comiendo fuera, saliendo los fines de semana a restaurantes o a la finca de algún amigo o amiga de mi esposa o mío, teniendo dos carros sin necesitarlos realmente y cumpliendo con los compromisos sociales que se fueran presentando durante el mes. Recuerdo que en el año 1999 estaba ganando en promedio cinco millones de pesos y mi esposa cerca de los cuatro millones de pesos y a pesar de estar recibiendo buenos ingresos entre ambos no recuerdo haber generado algún tipo de ahorro pensando en nuestro futuro. Tal vez considerábamos que esta situación se iba a mantener en el tiempo e incluso a iba a continuar mejorarando en el futuro. Pero se nos olvidó o pasamos por alto una ley natural relacionada con que la vida es cíclica, una vez estamos arriba y en otras abajo y por lo tanto hay que tomar todas las medidas preventivas cuando se está arriba para que cuando lleguen los momentos de más lento crecimiento, o de crisis económicas se pueda responder de manera efectiva a los retos y desafíos que esto implica pudiendo enfrentarlos proactivamente y con la seguridad de no tener que salir a vender lo que más trabajo nos ha costado producir, por un apuro económico, que se hubiera evitado si se hubieran hecho, en su momento, las previsiones del caso. Para lograr lo anterior se requiere que la pareja empiece a definir objetivos comunes en todas las áreas de sus vidas, como la afectiva, espiritual, económica, relaciones, familiar, recreación y calidad del entorno donde se quiere vivir. El encontrar qué se quiere llegar a ser y tener en el futuro, hace necesario que se analice con detenimiento con que se cuenta en el presente para que una vez este se acepte tal cual como es y no como quisiera que fuera, se inicien todas las acciones que se van a requerir por parte de la pareja, en el ámbito individual y colectivo, para poder llegar a cumplir con ese nivel de vida deseado en el futuro. El comprender con mi esposa que era importante manejar una canasta común para manejar los gastos no se logró de manera consciente, como era lo esperado, sino sucedió como consecuencia de haberme quedado sin empleo en el año 2001. Fue ahí cuando empezamos a entender la importancia de haber generado algún tipo de ahorro diferente a las cesantías, las cuales no duraron mucho tiempo mientras definía que hacer con mi vida. Fue en esta época cuando recibí el mensaje que traía Alberto Betancur sobre Consciencia Financiera, el cual se imprimió en mi alma y me inspiró a iniciar un trabajo personal para el resto de mi vida. Al principio fue duro el darme cuenta que la palabra ahorro nunca se había mencionado en mi hogar y por supuesto nunca se había puesto en práctica, lo cual me impactó mucho porque yo habiendo estudiado economía no había comprendido que este concepto se aplicaba a nivel micro sino que lo veía más a nivel macro como en los indicadores del ahorro nacional. Esa ignorancia financiera me costó cinco años de mi vida donde tuve que someterme a las consecuencias de mi inconsciencia financiera. Fue allí donde entendí que ésta nos puede arruinar la vida y que sólo el que es consciente puede elegir el camino a seguir para mejorar cualquier situación en la vida. Mientras yo me preparaba en aquello que era mi proyecto de vida, mi esposa mantenía los gastos más importantes de la casa donde yo aportaba con aquello que me iba saliendo de manera eventual durante el mes. El no hablar sobre la situación que estábamos viviendo fue uno de los principales errores que cometimos como pareja pues ella en silencio me apoyaba pero muy dentro de sí misma se sentía desgastada y explotada por no ser yo el proveedor de la casa como lo contempla la biblia al decir que el “hombre será cabeza del hogar…” Dicen los expertos en psicología que “los sentimientos no expresados se actúan” es decir que tarde o temprano terminamos sacando todo aquello que retuvimos de manera voluntaria y desahogándonos de manera poco asertiva con las personas menos indicadas. Por lo tanto desde mi experiencia de pareja es mejor hablar las cosas oportunamente para evitar heridas que luego van a ser muy difíciles de sanar. Una de las conversaciones esenciales con la pareja es explorar que significa para ella o para él el dinero en su vida, para que desde ahí se pueda comprender y generar acuerdos que permitan un manejo más responsable de los recursos. Cuando yo le hice a mi esposa la pregunta sobre lo que significaba para ella el dinero, me respondió que cuando niña ella nuca le faltó nada, su padres eran comerciantes de Cúcuta y vivieron toda la bonanza de los Venezolanos cuando iban a comprar todo en esta ciudad. Ella siempre vio mucha abundancia en su vida, veía los closets llenos de dinero, pues no había otro lugar donde ponerlo hasta contarlo y después si consignarlo en algún banco. Fue reina de reinas por el departamento del Norte de Santander, estrenaba cada semana un vestido nuevo y siempre lo que quería lo tenía siendo consciente que era fruto del trabajo, disciplina y de la perseverancia de los padres en el negocio hasta el punto de invitar a todas sus hijas a trabajar en los almacenes para poderse ganar la salida a la fiesta con los amigos el fin de semana. Al darse cuenta que el dinero para ella significaba recompensa inmediata empezamos a comprender porque después de diez años de matrimonio no tenía ningún ahorro. Mientras que para mí el dinero significaba libertad financiera es decir la posibilidad de poder garantizar en el largo plazo una vejez digna. Mi vida familiar fue la típica de una clase media en Bogotá, estudié en un colegio público y mi ropa y útiles fueron los que heredé en la mayoría de los casos de mi hermano mayor. Cuando comprendimos que cada vez que mi esposa gastaba el dinero que ganaba en cosas para mí innecesarias ella estaba satisfaciendo su necesidad prioritaria que era la recompensa inmediata que le generaba bienestar, mientras que para mí esa conducta representaba el alejarnos cada vez más de la libertad financiera. Al darnos cuenta de estas diferencias empezamos a trabajar en armonizarlas de tal manera que poco a poco hemos podido llegar algunos acuerdos que propenden por darnos placer inmediato y a su vez libertad financiera. Estimado lector he presenciado en mi vida dos milagros uno el nacimiento de mi hijo y dos el poder hablar sin pelear con mi mujer sobre el dinero. Lo invito a que indague con su pareja que significa para ella o para él dinero y después hagan un acuerdo, donde ambos lo firmen, y puedan ponerlo por escrito para darle más fuerza y usarlo para cuando estén con las emociones alteradas de tal manera que vean lo acordado cuando estaban tranquilos y vuelvan a enfocarse en las decisiones que los van a acercar efectivamente a sus sueños. Por una pareja capaz de hablar sobre el dinero sin pelear.

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