¿Cómo mejorar la relación padre-hijo adolescente?

En muchas ocasiones la conversación con nuestros hijos adolescentes se vuelve nula o en algunos casos en un clima de discusiones e indiferencias. Por tal motivo, es necesario que, como padres, vayamos cambiando algunas estrategias que implican que nosotros mismos cambiemos. Para ello, ten presente los siguientes tips:
Escucha a tu hijo
Cuando nuestros hijos nos pidan conversar, hay que desconectarnos de todo aparato electrónico, dejar de hacer nuestras cosas y prestar mucha atención a lo que nos quieran decir. Es importante mantener un contacto visual todo el tiempo de manera que atendamos y entendamos mejor la conversación. Muchas veces cometemos el error de que, cuando quieren hablar con nosotros, les respondemos: “Estoy muy ocupado” o “lo vemos después”. Esto ocasiona que, para la siguiente oportunidad que necesiten dialogar, ya no van a querer hacerlo. Es necesario prestar mucha atención a nuestros hijos para obtener una verdadera comunicación. Escúchalos siempre, déjalos que hablen, no interrumpas esos momentos tan hermosos que tenemos con ellos, momentos que ellos toman la iniciativa para contarnos o para pedirnos algo. Recuerda que, para ellos, una de las dinámicas más importantes es hablar con sus padres.
Respeta su espacio
Cuántos momentos tan hermosos y agradables pasan nuestros hijos, con sus amistades, sus profesores, sus amigos del vecindario, compañeros de universidad. Sin embargo, ese espacio es de ellos, es su vivencia. Aprendamos, como padres, a respetar ese espacio de la escuela, de los amigos, de diversión y, cuando queramos conversar con ellos, que sientan que ese momento es importante. Sugiero que no se convierta en un interrogatorio para que nuestros hijos no se sientan abrumados con tantas preguntas. Esperemos con calma que ellos nos cuenten, nos hablen, nos digan lo que están sintiendo. No forcemos ni presionemos. Recuerden que respetar es vivir en equilibrio.
Es importante que, padres y maestros, aprendamos a respetar el espacio de aquellos jóvenes que, en esos instantes, solamente desean estar solos, tener un momento de meditación o simplemente quieren escuchar su música.
Felicítalo, no lo critiques
Si nuestros hijos obtuvieron una buena calificación: felicitémoslos, alegrémonos, démosles un abrazo. No los critiquemos; por el contrario, alentémoslos a seguir adelante.
A veces, las expectativas que ellos tienen son distintas a las nuestras. Por más que quisiéramos que obtengan buenas calificaciones y que estudien una profesión que nos agrade, ellos pueden buscar otras opciones. Apoyemos a que sean felices.
Crear confianza
Es muy importante que, para fomentar la buena relación padres-hijos adolescentes, creemos un clima o ambiente de confianza tales como:
Empoderar: Debemos delegar algunas pequeñas tareas para darle confianza a nuestros hijos, para que sean capaces de desarrollarlos con éxito.
Reconocer errores: Como padres debemos reconocer nuestros errores y limitaciones a fin que nuestros hijos aprendan a asumir los suyos.
Retroalimentar: Los errores que cometemos que sean una oportunidad para mejorar nuestro aprendizaje, no hay que temer en reconocer un error sino más bien enfrentarlo y mejorarlo.
Ser honestos: Fomentar el cumplimiento de nuestro compromiso y promesas, honrar nuestra palabra empeñada.
Ser justos: Si tenemos varios hijos debemos tratarlos a cada uno de ellos de forma equitativa, sin favoritismos y explicarles las reglas y normas de conducta del hogar.
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