El cuidado del cuidador

Si bien enseñamos a nuestros coachees a acercarse y a hacer frente a sus emociones y problemas, nosotros también debemos hacer frente a los nuestros. De esta forma, lograremos tener mayor una apertura emocional, lo que se traduce en una mayor empatía y que, a su vez, deriva en una mejor sesión. Una deficiente gestión emocional por nuestra parte no solo generará que sea poco provechosa para el coachee, sino que estaremos en un constante malestar emocional.
Una forma de cuidarnos emocionalmente puede ser pensar, organizar y gestionar nuestras tareas diarias. El trajín diario de estar constantemente pensando en nuestra agenda, las obligaciones, las preocupaciones y los asuntos pendientes, se presentan como si fueran letreros en nuestras mentes. Nos recuerdan lo que tenemos que hacer y cómo debemos hacerlo, generando un agotamiento mental permanente.
No es de sorprender que estar pensando en todo, todo el día y al mismo tiempo, produzca una sobrecarga en nuestro cerebro. Lo peor es que parece que nos estamos acostumbrando a esta dinámica y es importante ponerle freno porque impacta en nuestra salud mental, sumergiéndonos en un malestar generalizado, profundo cansancio, estrés, ansiedad y una angustia desbordante.
Te comparto unos consejos para tener presente en tu autocuidado. Asimismo, preguntas que te ayudarán a descubrir cómo hacerlo.
1. Sé consciente de lo que estás viviendo.
¿Qué es aquello que nos pesa tanto?
¿Cómo te sientes?
¿Cómo lo transportas?
¿Cuándo lo vas a soltar?
2. Se amable y justo contigo.
¿En qué momento decides que tú tienes que cargar esto?
3. Aprende a diferenciar lo tuyo de lo de los demás.
4. Confía en el otro.
¿Por qué crees que tú tienes que solucionar todo?
¿Qué sientes si no lo haces tú?
¿Hay alguien más que lo pueda hacer?
5. Pon las cosas en su contexto
¿Qué es lo importante y qué es lo urgente?
¿Qué te compete a ti y que a los demás?
6. Expresa lo que sientes y compártelo.
Relaciones personales: pasar tiempo con las personas que quieres, construir relaciones sanas.
7. Dedícate tiempo a ti mismo.
Recuerda que tus horas libres son para ti, y es importante que no desconectes de aquello que te gusta hacer
8. Piensa en ti.
¿Qué comes?
¿Cuánto tiempo dedicas a dormir?
¿Cuánto tiempo haces ejercicio?
9. Escucha tu cuerpo.
Haz ejercicios de relajación, respiración y atención plena. No solo se logra relajarnos después de un intenso día de trabajo, sino que estaremos más atentos cuando lo necesitemos. Hacer ejercicios de meditación y mindfulness, nos ayudará a mantener la energía, ser más empáticos, a ver los problemas desde diferentes ángulos, a tener una mente más tranquila, menos reactiva, a estar conectados en la sesión y practicar la compasión hacia nosotros mismos.
Como coaches, nos dedicamos a ayudar a los demás a alcanzar sus objetivos y a conocer mejor sus emociones. Este trabajo puede ser muy gratificante, pero también puede ser muy demandante y agotador. Por eso, es importante que los coaches también nos cuidemos a nosotros mismos. Es bastante común que, en algún momento podamos experimentan estrés, depresión, desgana, frustración, trastornos del sueño y agotamiento físico y mental.
¿Te interesa profundizar tu conocimiento sobre temas de bienestar personal? En Latam Coaching Network te ofrecemos la formación de "Coaching de Vida" con la oportunidad de especializarte en "Coaching para la Salud y Bienestar". Conoce más aquí.