EMPATÍA: Conexión Cognitiva y Emocional

Hoy en día, en distintos entornos de nuestra vida misma, de seguro oímos constantemente qué tan importante es la comunicación efectiva y asertiva, dentro de la construcción de relaciones extraordinarias en nuestra vida. Precisamente, una parte relevante dentro de estos tipos de comunicación es lo que conocemos como “empatía”.
No es posible obtener una comunicación efectiva (donde no exista distorsión en el mensaje) ni comunicación asertiva (donde podamos expresar un pensamiento y/o sentimiento respetando las opiniones y creencias de los demás) sin que la empatía sea partícipe, tanto en el emisor del mensaje como en el receptor del mismo.
La empatía generalmente se describe como la habilidad que desarrolla un ser humano para ponerse en el lugar de otra persona, tanto a nivel afectivo como cognitivo. Esto implica que las personas empáticas podemos no sólo conectar con las emociones de los demás (empatía emocional), sino comprender el porqué de las mismas (empatía cognitiva) y cómo percibe, interpreta y vive la otra persona una situación específica.
Para entender la diferencia entre empatía cognitiva y emocional, primero debemos ser conscientes de que todo ser humano genera procesos cognitivos y emocionales. Estos permiten desarrollar la capacidad de analizar, interpretar, recordar algún hecho y/o información específica, con la cual describimos alguna experiencia pasada o actual y/o el entorno que nos rodea.
La empatía cognitiva nos permite, más allá de conectar con la emoción, lograr entender el porqué de la misma, basada en el uso de la razón y el conocimiento para comprender lo que piensa o siente otra persona. No implica sentir lo mismo que el otro, sino conectar desde una posición más “neutral”. De tal forma, lograremos entender el mensaje desde un punto de vista lógico. En la empatía cognitiva los reflejos afectivos no se ven involucrados. Conectamos con el tono de voz, y analizamos movimientos corporales, postura, vibrato, etc. de nuestro interlocutor.
La empatía emocional, nos permite conectar con lo más profundo del otro ser y nos hace capaces de sentir lo que otros sienten. Cuando escuchamos a alguien emocionado narrar una experiencia feliz, tenemos esa sensación de sonreír y rememorar algún hecho propio que nos hizo hablar y expresar de la misma manera que nuestro emisor. Así también, cuando vemos a alguien que expresa sufrimiento o narra una situación difícil, podemos conectar no sólo con sus emociones, sino que estas resuenan tanto con nuestros sentimientos que logran provocar en nuestro cuerpo, los mismos estados emocionales que percibimos e imaginamos la experiencia de nuestro emisor, interiorizando, basados en nuestra familiaridad con el dolor o con la experiencia dolorosa que escuchamos.
¿Qué tan importante es el papel de cada una dentro de la comunicación? Yo diría que no se excluye una de la otra. Mientras que una nos conecta con la parte lógica, kinestésica, espacial e interpersonal; la otra nos conecta con la emocionalidad y sensibilidad de las personas. Pero, finalmente, ambas nos permiten establecer fuertes conexiones y vínculos con los demás, generando relaciones más sólidas en el tiempo.
¿Te interesa profundizar tu conocimiento sobre temas de bienestar personal? En Latam Coaching Network te ofrecemos la formación de "Coaching de Vida" con la oportunidad de especializarte en "Coaching para la Salud y Bienestar". Conoce más aquí.