Restableciendo la confianza, creando el nuevo liderazgo
Perdemos la confianza cuando perdemos el respeto y dejamos de cuidar al otro. Sentimos que este otro no es sincero, que carece de responsabilidad y no tiene la competencia de hacer lo que dice o lo que alguna vez prometió...
Las últimas semanas, la agenda pública nos ha hecho espectadores del acontecer social de nuestro país y la palabra “confianza” pareciera venir a replantearnos desde dónde estamos construyendo nuestras relaciones con el poder. La desconfianza en nuestros líderes, nos hace sentir desprotegidos, lo que nos lleva a refugiarnos en lo que conocemos y terminamos en un camuflado estado de resignación. Si, camuflado. Por que si bien opinamos y alegamos en facebook, twitter, linkedin y otros, no necesariamente nos vinculamos, más bien queda en una queja, sin propuesta, sin visión, sin oferta. La canción de fondo diría: “así son las cosas… siempre han sido así. Alegaré un rato esta injusticia y luego me iré a dormir”. La falsa seguridad que nos da lo conocido, nos cierra la posibilidad de generar reales debates. Se termina por discutir el fenómeno sin cuestionar al observador, a nosotros. La suma de uno y uno, hacen más que dos. La suma de uno más uno, cuando se hay un objetivo común, hacen un gran tres: un yo, un tú y un nosotros. Nos involucra y genera el vínculo. En la medida que nos involucramos con lo que pasa en nuestro entorno, dejamos nuestro rol de espectador y comenzamos a ser los protagonistas. Surgen nuevos debates, debates que nos cuestionan a nosotros como observadores del mundo y nos obligan a ir definiendo el sueño de cómo queremos vivir. La canción aquí cambiaría y diría algo así: “estoy disponible a explorar y probar nuevas posibilidades, sin sentir de que me pierdo y estoy a la deriva”. Como comentamos la columna pasada, los cambios son procesos necesarios y constantes en nuestras vidas y hay dos maneras de afrontarlos: a través de la adaptación, donde las personas generamos mecanismos de supervivencia para permanecer en la situación tal como está; y por otro lado, la innovación, que es la disposición cuando queremos transformar las condiciones para generar una nueva situación. Ahí es donde las personas, la llamada masa, esfera pública y tercer sector, toman el protagonismo. Si nos sinceramos y hacemos lo que decimos, cuidamos al otro. Si nos cuidamos, nos hacemos responsables y construimos las bases de la confianza, generamos el vínculo. Es aquí donde surge la invitación a que reflexionemos: ¿qué tipo de liderazgo es entonces el que estamos buscando? ¿Qué acciones observables son las que nos darían la confianza en estos líderes? Y desde ahí ¿cómo estoy participando para que estos cambios ocurran?
