Ser padre o ser amigo
Hoy en día, muchos padres tienen esta confusión. Creen que para mejorar la relación con sus hijos, deben ser amigos de ellos. Y es que, la sociedad a través de los medios, bombardea las mentes con este mensaje, empleando frases como: “Sé amigo de tus hijos”, “conviértete en amigo de tus hijos” “sé su mejor amigo”, invitando, de esta manera, a tener una mayor conexión con ellos.
Es aquí cuando yo esbozo la siguiente reflexión: ¿Puede un padre/madre ser su amigo/amiga de su hijo también?
Voy a dar respuesta partiendo de la parte semántica más simple, las palabras “padre” y “amigo” no son sinónimos, ambas definen roles diferentes. Padre, refiere al progenitor, al que cuida, al que instruye, al que protege, al que ama, al que corrige y que no siempre dirá “si” a todo. Al que antes de buscar complacer, prevalecerá en él la decisión que proteja más y que inculque valores. Ser padre es un regalo de Dios, y una vez que se es, no se deja de serlo jamás. Por ello, no existen las palabras: “expadre” o “exmadre”.
Un amigo es aquel que aparece, en múltiples circunstancias, a lo largo de la vida. Una amistad no nace con el nacimiento de un ser humano, pero si se origina, cuando se cruzan dos vidas, y durante su interrelación, pueden sentir como la similitud de las cosas que comparten, sea los valores, los gustos, la pasión por algo determinado como la música, por ejemplo, o algún deporte, los va uniendo. Por otro lado, eso no significa que pueda durar para siempre. Hay amistades que se pierden con el tiempo, ya que al ser seres evolutivos y en constante transformación, la vida misma, puede llevarlos por caminos distintos.
Como todos los roles, hay funciones cuyas características pueden tener cierto símil, y ello ocasione confusión. Pero, en definitiva, estos roles, además de sus funciones, tienen distintos objetivos en la vida del ser humano.
Es probable que una paternidad muy rígida, requiera incorporar más escucha activa, más comprensión, más muestras de amor, pero de ahí a “volverse amigo de tu hijo”, hay un abismo de distancia.
Espero que estas líneas hayan despejado una duda arraigada por la desinformación o el incorrecto mensaje que ofrecen nuestros medios. Si deseas compartir tu opinión, no dudes en escribir en el blog. ¡Estaré feliz de compartir contigo!
Un abrazo y hasta la próxima publicación.
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